(Sigue de Titadyn, el eterno retorno (VIII)
Titadyn, El Eterno Retorno (IX)
Siguiendo el hilo de las anteriores entregas, ya se ha indicado en numerosas ocasiones cómo Iglesias recoge en su libro el tradicional mantra conspirativo respecto a la identidad de las muestras M-2 y M-3. En realidad hace algo más que eso: no sólo reproduce esta alegación, sino que la amplía hasta límites insospechados, como enseguida se verá. Pero vayamos por partes. Lo que durante el juicio, sometido a contradicción, aparecía como hipótesis no verificada, en su libro se convierte en un aserto bastante más confiado. Efectivamente, el Sr. Iglesias, que esparce sus volubles conclusiones de manera un tanto deslavazada a lo largo de su texto, repite sus cavilaciones acerca de este particular en el Capítulo III, restringiendo ahora el abanico de posibilidades otras veces expuesto a favor únicamente de la más truculenta:
…consideramos que la presencia comprobada [en las muestras M-2 y M-3] de los citados compuestos [típicos de la Goma 2 ECO], incluida la anómala metenamina- es razón experimental objetiva y suficiente que nos permite dictaminar:
[…]
2. Que las muestras M-2 y M-3 proceden muy probablemente del mismo cartucho, como lo sugiere la presencia común de metenamina en ellas y el resultado del análisis por microscopía óptica con tinción de ioduro potásico.