Titadyn, el eterno retorno (XVII) por Rasmo.
Seguimos con el enjundioso asunto de la palabra mágica (“nitroglicerina”) mencionada por Sánchez Manzano en la Comisión del 11-M.
Repasando las ediciones de El Mundo de aquellos momentos (11 de julio de 2006, fecha de la “revelación”, y días siguientes), y atendiendo a la evolución del discurso conspiracionista de otros allegados entonces y con posterioridad, me llama la atención la tozudez con la que se niega o desacredita la posibilidad de que esa infausta alusión del Jefe de los Tedax no fuera otra cosa que un simple error.
Las razones aducidas para la duda por los enemigos de la versión oficial me parecen tan peregrinas y autorreferentes, acompañadas de no pocas dosis de la habitual barrabasada interpretativa, como para preguntarme dónde ha quedado aparcada la cordura en todo esto. Así, por ejemplo, cuando -en respuesta a la ruidosa portada del día 11 de julio- la fiscalía se apresuró a indicar que ningún informe o documento del sumario hacía la menor alusión a la nitroglicerina (con la lógica inferencia de que la declaración verbal de Sánchez Manzano era una evidente equivocación), El Mundo despliega su refinado duende periodístico para anunciar que ello “confirma que el dato clave que dio Manzano no está en el sumario” (M. Marraco, 12.7.06). Es más (editorial, EM, 12.7.06):
La Fiscalía de la Audiencia Nacional -es decir, Olga Sánchez; es decir, Javier Zaragoza; es decir, Cándido Conde-Pumpido; es decir, el Gobierno- emitió ayer una nota supuestamente dirigida a desmentir la rigurosa información publicada por este periódico sobre las contradicciones en torno al tipo de explosivo que estalló en los trenes. Pues bien, esa nota no sólo no refuta ninguno de los datos de EL MUNDO, sino que corrobora el más esencial. Dice la Fiscalía que «no existe ningún dato, indicio o prueba, directa o indirecta, en la causa penal que avale la afirmación de que había nitroglicerina entre los restos de las explosiones que se produjeron en los trenes». Lo mismo nos llamó la atención a nosotros […].
De modo que, siguiendo una inveterada tradición autocomplaciente, la lectura de El Mundo es que…
…la nota emitida por la Fiscalía de la Audiencia Nacional puso formalmente de relieve la contradicción entre la versión del jefe de los Tedax y el contenido del sumario –confirmando lo publicado por este periódico […] (editorial, 13.7.2006)
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