Toda teoría conspirativa comienza con un principio básico: el crédulo, al que llamaremos conspiracionista, se convence previamente de una verdad dogmática, que invariablemente coincide con deseos, temores y prejuicios propios, que suelen ser profundos e intensos. Es decir, el conspiracionista confunde la realidad con sus deseos. Formulemos entonces el Primer Principio de la Conspiracionismo:
1.Convencimiento previo de una verdad dogmática
Cómo llega a este convencimiento previo sería materia de una interesante tesis sobre psicología, aunque por supuesto cada teoría conspirativa tendrá motivaciones distintas. Carl Sagan, por ejemplo, apuntaba sagazmente –si se me permite el calambur– que los extraterrestres habían venido a sustituir en la imaginación popular a los íncubos en los que ya nadie, en el siglo XX, podía creer racionalmente: ambos expresarían los mismos miedos arquetípicos, la misma capacidad fabuladora, cubriendo la misma necesidad psicológica.
Alguno objetará, con razón, que con el Primer Principio me estoy olvidando de otro tipo de conspiracionista: no el crédulo sino el cínico, el que miente a sabiendas, el que pergeña toda una teoría delirante sabiendo perfectamente que es falsa. Concedamos que existe este individuo, pero reconozcamos también que es poco interesante y menos frecuente de lo que parecería: muchos charlatanes están convencidos en algún grado de que sus supercherías son verdaderas. Y además, es mucho más apasionante el estudio del autoengaño que el de la mentira.
El hecho es que, una vez convencido, el conspiracionista utiliza todos los recursos posibles para autoconvencerse aún más de que tiene razón. Cierra las puertas al espíritu crítico, hace oídos sordos a las evidencias contrarias, por abrumadoras que sean, cancela el sentido común y se dedica a frecuentar sólo las fuentes «confiables», que son por supuesto las que apoyan la teoría conspirativa. En particular, su valoración de los indicios será altamente selectiva, dando una importancia extraordinaria, sobrevaluada, a aquéllos que parecen apoyar su teoría, por más tenues que éstos sean (y necesariamente son tenues, ya que si no lo fuesen la teoría conspirativa dejaría de serlo y se convertiría en una teoría seria y respetable), al tiempo que se devalúan o de plano se ignoran los que impugnan o refutan la teoría. Enunciemos el Segundo Principio de la Conspiracionismo:
2. Valoración diferencial de indicios según su adecuación a la idea preconcebida
No puedo enfatizar suficientemente este punto. La valoración diferencial de indicios es el núcleo de toda teoría conspirativa que se respete. Por ejemplo, digamos que estamos empeñados en demostrar que la bomba no detonada del 11-M, la famosa «mochila de Vallecas», es en realidad un señuelo. Es importante entonces buscar cualquier nimia diferencia entre dicha mochila y lo que se sabe sobre las bombas que sí estallaron, y darle la máxima importancia a dicha diferencia, mientras que se silencian las similitudes y las opiniones de los expertos que reiteradamente han dicho que están convencidos de que las bombas eran iguales. Esto se hace además invariablemente con un lenguaje emotivo, cargado de parcialidad. Pero ya llegaremos al tema del lenguaje más adelante. Quedémonos ahora con esa idea de la valoración diferencial.
En el caso de la mochila de Vallecas, será necesario enfatizar que los cables eran de distinto color que la de otra bomba examinada en la estación de El Pozo que finalmente fue detonada, que se utilizó un recipiente distinto en ambos dispositivos, que el calibre de los clavos usados como metralla era distinto, que las muestras de los explosivos presentan alguna sustancia distinta… todos ellos detalles que, de ser ciertos, en ningún momento parecen significativos y que, sobre todo, admiten multitud de explicaciones racionales y nada conspirativas, pero que los conspiracionistas consideran evidencia poderosísima de la diferencia esencial entre ambos dispositivos. Poco importa que los Tedax –los expertos artificieros de la Policía– hayan informado pericialmente al juez de instrucción que consideran todos los dispositivos iguales. Poco importa que existan esas explicaciones alternativas. Cuando uno está convencido de que la mochila es un señuelo, estos pequeños datos sobrevaluados más allá de toda racionalidad son suficientes, y se llega de hecho a la conclusión contraria a la que dictaría el sentido común: si la mochila es un señuelo y el jefe de Tedax lo niega, ¡entonces es seguro que el jefe de Tedax mienta! No importa el currículum profesional del Sr. Sánchez Manzano, que tal es el nombre del infortunado funcionario calumniado cada vez con mayor audacia. No importa que el hombre se haya jugado la vida infinidad de veces desactivando bombas. La única conclusión posible es, invariablemente, la menos lógica, y en este caso particular, la más infame.
En cambio la evidencia de verdad, la que valoran los investigadores profesionales, y que invariablemente refuta la teoría conspirativa, es descartada, devaluada o ignorada. Así, en el caso de la famosa mochila se privilegia el supuesto hallazgo de metenamina en la furgoneta de Alcalá de Henares versus la ausencia de metenamina en la mochila de Vallecas, construyendo toda una teoría sobre explosivos distintos en uno y otro caso, pero se omite por completo que el resto de compuestos encontrados no sólo son idénticos, sino que demostrablemente tienen el mismo origen. Tal uso selectivo de datos es tan escandoloso que cuesta trabajo aceptar que exista gente que no descubra el doble rasero; y sin embargo, haberlos haylos, y son muchos.
Hemos visto que como parte de esta estrategia retórica, es necesario tomar el más mínimo dato y convertirlo en evidencia de que lo que sostenemos es verdad. Esta promoción de dato a evidencia, cuando no a prueba irrefutable, es imprescindible porque las teorías conspirativas invariablemente se cimentan en humo. Como ya he dicho arriba, si no fuese así, dejarían de ser teorías conspirativas y se volverían serias y respetables.
Continuemos. Una vez clasificados los datos en confiables (los que apoyan la tesis) y descartables (los que la refutan), el siguiente paso es la argumentación. Ésta hace uso de toda la panoplia de trampas retóricas y falacias lógicas que el ser humano ha acumulado desde tiempos de los sofistas, pero hay dos en particular que me interesa destacar.
El recurso retórico fundamental del conspiracionista es la apelación a la incredulidad. Tiene que convencernos de que la versión «oficial» es falsa. Y como no tiene datos que permitan concluir claramente tal extremo, su única oportunidad es exponer las tesis de dicha versión de la forma más ridícula posible, haciendo nuevamente uso de dosis abrumadoras del lenguaje emotivo y parcial. Típicamente este argumento será planteado mayéuticamente, haciendo preguntas dirigidas cuya conclusión parece inescapable.
Un ejemplo típico: «¿Resulta verosímil que el terrorista se baje del tren abandonando una mochila a la vista, entre dos asientos enfrentados?» Fijémonos en el lenguaje intencionado, parcial, que fuerza la única respuesta aparentemente posible: evidentemente, no. Nótese que es importante descartar cualquier otra posibilidad: ésa es la esencia de la apelación a la incredulidad, el mismo argumento, por cierto, que usan los creacionistas –¿para qué sirve medio ojo?–, los ufólogos –¿qué otra cosa puede ser esta foto sino un platillo volante?– y todos los conspiracionistas. Pero a poco que pensemos, nos damos cuenta de que la conclusión alternativa es, cuando menos, perfectamente posible, perfectamente verosímil. Nuevamente, existen muchas explicaciones por completo racionales que el conspiracionista pretende que descartemos de un plumazo, porque en el momento en que no las descartemos su teoría, que él pretende presentar como la única posible, se convierte en una explicación más, una explicación que comparada con otras más racionales aparece tal como es: totalmente delirante. Enunciemos el Tercer Principio de la Conspiracionismo:
3. Apelación a la incredulidad respecto a la teoría «oficial» para forzar la única conclusión supuestamente posible.
La apelación a la incredulidad suele ir casi siempre acompañada de otra falacia lógica muy común: el falso dilema, que omite artificialmente, sin ningún argumento, varias de las posibles explicaciones de un hecho, a fin de eliminar todas las que no interesan al expositor. Hecho esto, se argumenta contra las alternativas sobrevivientes (típicamente sólo una) para irlas descartando una a una demostrando su falsedad, forzando así una conclusión que parece inescapable sobre la verdad de la última alternativa sobreviviente, pero que en realidad sólo lo es por la omisión a priori de otras alternativas más razonables. Un ejemplo típico: «No sé qué me preocupa más: si que no hubiera metralla en los trenes o que la hubiera y se lo hayan ocultado al juez.» Hombre, otra posibilidad, por supuesto, es que sí la hubiera y que tal extremo no se haya ocultado al juez… pero claro, esa posibilidad es poco interesante para un conspiracionista.
Otro ejemplo: «O el gobierno de EEUU no oculta nada en Roswell o lo que oculta es un OVNI; como he demostrado que sí oculta algo, lo que oculta es un OVNI.»
Lo más sorprendente de la apelación a la incredulidad es lo altamente selectiva que es. A Luis Del Pino, por ejemplo, autor de la frase que consigno sobre el terrorista que hace algo supuestamente inverosímil, esta conducta le parece totalmente inverosímil… pero le parece verosímil que el jefe de Tedax mienta y sea parte de una conspiración infiltrada en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para llevar al PSOE al poder, contando con decenas o cientos de policías, guardias civiles y agentes del CNI que en vez de obeceder a sus mandos obedecen al PSOE; le parece verosímil que la mochila de Vallecas haya sido plantada como señuelo para dirigir la investigación hacia unas «cabezas de turco», y que esto es sólo un paso en una larga secuencia de eventos perfectamente planeados para así engañar al ministro del Interior y hacerle aparecer en público como mentiroso, ministro cuya conducta minuto a minuto responde exactamente a la predicción que de la misma habían hecho los conspiradores, que manejan a su antojo las reacciones de todos los miembros del gobierno, como si fueran marionetas; le parece verosímil que dichos conspiradores hayan predicho con absoluta precisión cuántos de los votos necesarios para que el PSOE superara al PP podrían obtenerse mediante este engaño; le parece verosímil que un partido democrático, el que ha ganado mayor número de elecciones y mayorías absolutas en España, arriesgue todo para conquistar el poder una sola vez, sabiendo que tendrá que volver a someterse al veredicto de las urnas tan sólo cuatro años después. En una palabra, le parece verosímil una conspiración tan compleja, absurda en sus motivaciones e increíblemente riesgosa, que nunca en la Historia se ha intentado algo que se le asemeje aunque sea un poco. Lo cual nos lleva al Cuarto Principio de la Conspiracionismo:
4. Omisión de extracción de ciertas conclusiones lógicas (o más bien, ilógicas) de la teoría conspirativa, a fin de no tener que reconocer su inverosimilitud.
A estas alturas, es importante que aclaremos por qué entrecomillamos «oficial». Y es que el conspiracionista tiene que dar una razón de por qué la verdad la conoce sólo él y un selecto grupo de insobornables iniciados, por qué esa verdad no ha sido admitida públicamente por todos. Y esa razón, por supuesto, es que existe una conspiración de silencio para acallar la verdad. ¿Se explicaría de otra forma que todos menos los conspiracionistas, en el caso del 11-M, policías, guardias civiles, el juez de instrucción, los Tedax, el CNI, el gobierno, la mayoría de los medios nacionales y la totalidad de los internacionales, y millones de ciudadanos mantengamos que la verdad «oficial» es, simplemente, la verdad sin adjetivos? Ya sea por maldad o por estupidez, todos estas personas forman parte de una red cómplice de encubrimiento que conspira para que la Verdad no salga a la luz. Esta explicación tiene la enorme virtud de investir al conspiracionista de un manto de heroicidad épica: él, con los otros iniciados que sí quieren conocer la Verdad –a diferencia de nosotros– tienen la misión casi sagrada de difundir la Verdad ante todos los obstáculos que nosotros, malvados o estúpidos, pongamos en su camino. No es extraño que la luz del fanatismo brille en los ojos conspiracionistas. No sólo están convencidos de tener razón, sino que tienen una Misión, una yihad. Enunciemos entonces el Quinto Principio de la Conspiracionismo:
5. Postulado de una conspiración de silencio para acallar la Verdad
Nótese que, nuevamente, tal característica es compartida por ufólogos –el gobierno de EE.UU. sabe que existen OVNIS pero lo oculta para no causar pánico en la población– y por creacionistas (el darwinismo es una teoría pergeñada por ateos para corromper moralmente a la sociedad, y no les a esos ateos interesa que se sepa la verdad).
Cuando señalo a los conspiracionistas del 11-M que me parece sorprendente que ningún medio internacional, absolutamente ninguno, ni siquiera los de su cuerda ideológica, se han hecho ecos de las «sensacionales revelaciones» de El Mundo y Libertad Digital, y que sería bastante poco probable que absolutamente todos esos medios internacionales fueran parte de la conspiración, se me responde que desde que gobierna Zapatero España ha dejado de importar en el mundo, ¡y que el silencio es culpa de esa indiferencia! ¡Como si ningún periodista extranjero se interesara en el mayor escándalo político de la historia de Europa Occidental, que hubo un golpe de Estado disfrazado el 14-M!
Lo cual, por supuesto, nos lleva al Sexto Principio de la Conspiracionismo:
6. Utilización de explicaciones ad hoc para explicar lo inexplicable.
Aquí llegamos a otro de los elementos más interesantes de una teoría conspiranoica: la necesidad de inventar explicaciones para cada hecho individual que no casa con la teoría. Así, cada vez que uno pone una objeción a la teoría conspirativa, los conspiracionistas tienen una explicación que no tiene nada que ver con el resto de la teoría, como se ve claramente en el caso de los periodistas extranjeros. Tales explicaciones ad hoc se van multiplicando: se nos explica que lo que todos vimos en la televisión como el suicidio de Leganés realmente no fue un suicidio, porque admitir el suicidio lleva casi necesariamente a que los que se suicidaron no eran cabezas de turco, sino terroristas. Así que hay que explicar el hecho como un asesinato encubierto, por supuesto sin tener el más mínimo indicio. Y así ad nauseam.
El problema, claro, es evidente para cualquiera con algo de formación científica: al acumular explicaciones ad hoc, se está violando el principio de la navaja de Occam, o principio de parsimonia, que nos pide precisamente que no multipliquemos las explicaciones, o, en otra formulación, que ante dos teorías que explican el mismo conjunto de hechos, hay que preferir siempre la teoría más sencilla. Ni qué decir tiene que todas las teorías conspirativas, al multiplicar las explicaciones y ser invariablemente mucho más complejas y prolijas que las alternativas, violan el principio de la navaja de Occam. Contrastemos este comportamiento de las complejísimas teorías conspirativas, que requieren ríos de tinta para explicarse, con las teorías científicas más exitosas, que pueden expresarse en muy pocas palabras, y sin casi ningún otro argumento podremos determinar dónde es más probable que se encuentre la verdad: la realidad es menos compleja de lo que los conspiranocis creen que es. O dicho de otra forma, si la explicación es demasiado complicada, casi seguramente está mal.
Sigamos. Otra falacia lógica que merece ser elevada a la categoría de principio es la conversión de hipótesis en hechos probados. Ésta es una falacia sutil e interesante. Se comienza postulando un condicional, por ejemplo: «si el PSOE sabía previamente del ataque y no sólo no dijo nada sino que lo aprovechó para ganar las elecciones, entonces el PSOE dio un golpe de Estado virtual el 14-M.» Hombre, se podría aceptar que este condicional es válido, pero el problema es que el antecedente del condicional no sólo no se ha probado, no sólo no se ha provisto siquiera un átomo de evidencia o el más tenue de los indicios, sino que es extremadamente improbable. Sin embargo, el conspiracionista ya ha logrado deslizar la insinuación que quería hacer. ¿Quién puede culparle de empezar a razonar sobre lo que pasaría si el PSOE hubiese sabido con antelación que se produciría un ataque? Ya sabemos que está especulando, pero dejemos que lo haga, no ha afirmado que saa cierto, sólo está suponiéndolo por un momento para ver a dónde le lleva el razonamiento. Claro, el problema es que tres páginas después al conspiracionista se le ha «olvidado» que su hipótesis no era más que eso, una hipótesis sin pruebas, y comienza a utilizarla como una hecho probado, posiblemente confiando en que el lector haya olvidado a su vez que la hipótesis nunca fue probada. Veamos un claro ejemplo en un artículo de Del Pino.
Primero Del Pino insinúa, sin probarla, una posible causa de que ciertos detenidos hayan tenido un trato «exquisito»:
La dueña de la casa (que contaba con una buena abogada, Yamila Pardo) ni siquiera llegó a estar detenida en ningún momento. En cuanto a los dos intermediarios sirios, fueron detenidos el 29 de marzo de 2004 y liberados tres días después. En su declaración ante la Policía, realizada en perfecto castellano, Mohamed (el hermano del terrorista Abu Nidal) saca hábilmente a colación a Jadicha Candela, cuñada de Joaquín Almunia –ex secretario general del PSOE– y madre de Yamila Pardo.
Pocos párrafos después, la posibilidad de que la influencia de Almunia haya modificado el trato a los prisioneros se convierte en certeza:
«si eso es la democracia, ¿cómo llamamos a ese otro régimen en el que, si la Policía llama a tu puerta a las seis de la tarde,, tienes cinco o diez minutos para quemar los papeles comprometedores, aunque seas un presunto terrorista… siempre que conozcas a las personas adecuadas?»
Huelga decir que entre una y otra frases no existe ninguna otro argumento que permita transformar la posibilidad en certeza.
Una falacia lógica que se asemeja mucho en estructura e intención a ésta es la de la pregunta compleja. Se formula una pregunta de forma tal que al contestarla nos veamos obligados a aceptar una premisa que nunca se ha probado pero que queda asumida en la propia pregunta. Veamos algunos ejemplos, ambos de Del Pino, para quien esta falacia es un recurso favorito:
¿Por qué se dio la orden de abrir el candado, librando a ese comando del mortal abrazo policial?
¿Quién protegía en el País Vasco las actividades de El Chino?
En el primer caso tenemos como premisa no probada pero asumida el hecho de que alguien haya dado esa orden «de abrir el candado». En el segundo, el hecho de que alguien protegía a El Chino. Por supuesto, Del Pino no da el menor átomo de evidencia de que ninguna de estas premisas tenga base.
Hay un tercer tipo de falacia que podríamos agrupar con las dos anteriores. Consiste en asumir una premisa implícita, nunca formulada, como cierta. Por ejemplo, cuando Del Pino afirma la presencia de metenamina como prueba indudable de que existían explosivos de origen militar, hay varias premisas implícitas, por ejemplo que la metenamina no puede fabricarse artesanalmente y que la presencia de metenamina conlleva necesariamente la de RDX, el explosivo que se fabrica a partir de ella.
Tenemos también la petitio principii o argumento circular, en el que se supone lo que se quiere demostrar, y para terminar esta sección, hagamos notar que muchas veces los conspiracionistas ni siquiera se molestan en estructurar sus falacias de las formas anteriormente expuestas. Les basta ir acumulando insinuaciones nunca demostradas para dar la impresión de que la simple acumulación de preguntas e insinuaciones es tan formidable que algo de razón debe tener la teoría. Veamos un ejemplo:
«el comando de Virgen del Coro se libra del cerco policial exactamente el mismo día en que ETA declara su tregua parcial en Cataluña»
¿Esto quiere decir algo? Del Pino no nos lo dice, y yo no puedo imaginar que trascendencia puede llegar a tener esta coincidencia. Pero claro, aunque sea agua de borrajas, ya queda como insinuación, como enigma a resolver, acumulándose a los cientos de supuestos misterios anteriores y posteriores. Un foro de Internet famosamente formuló 192 preguntas (casualmente una por cada víctima mortal, hecho que revela en sí mismo la artificiosidad de las preguntas) que seguían el patrón mencionado: acumulación de insinuaciones sin probar, con muchas de las preguntas suponiendo una respuesta definida a preguntas anteriores, y por tanto cayendo en la falacia de promoción de hipótesis a hecho probado. Pedro J. Ramírez compiló una lista similar y similarmente falaz.
Respecto a este punto es interesante señalar que muchas veces esas insinuaciones se contradicen entre sí. ¿Hace eso que el conspiracionista, al avanzar una nueva insinuación o hipótesis, retracte las anteriores que son incompatibles con la nueva? Huelga decir que no. La coherencia no es una de las virtudes de los conspiracionistas, como podrá constatar quien lea el artículo original de Múgica, que logra la rara proeza de contradecirse a sí mismo dentro del propio cuerpo del artículo.
Así tenemos el Séptimo Principio de la Conspiracionismo:
7. Conversión de hipótesis y premisas implícitas en hechos probados y acumulación de insinuaciones.
Tranquilos, que ya falta poco. He hablado ya varias veces de cómo todas estas falacias suelen ser acompañadas retóricamente de un lenguaje emotivo, cargado de parcialidad, lleno de juicios de intenciones y descripción de sentimientos que es imposible que el autor conozca, que ya nos sugiere no tan sutilmente que si no aceptamos sus conclusiones somos más tontos que Pichote, ya nos intenta transmitir la indignación que el autor dice sentir por el evidente encubrimiento de la verdad, ya intenta dirigirnos a una conclusión a través de la ridiculización de las alternativas (argumentum ad ridiculum):
«¿es posible creer que cuatro moritos pringaos hayan podido realizar este atentado?»
«¿por qué la providencial y sospechosa mochila fue llevada al IFEMA»?
Otros ejemplos del invaluable señor Del Pino:
«El atentado del pasado 7-J en Londres ha vuelto a plantear ante la opinión pública, para consternación del gobierno«
¿Prueba Del Pino en algún sitio que hubo consternación del gobierno? ¿Quieren ustedes adivinar?
«Pero Houdini era un vulgar aficionado comparado con los supuestos terroristas del 11-M.»
«el jefe de la trama mercenaria del 11-M»
«nadie se había dignado a explicar a los españoles»
«Si hay silencios clamorosos, el del Gobierno de Zapatero está rozando ya el estruendo»
«¿Verdad que es enternecedor? La Policía va a registrar el domicilio de una persona detenida por su presunta implicación en los atentados del 11-M…¡Admirable y civilizado comportamiento policial!»
Estos ejemplos están tomados prácticamente al azar, lo cual da una idea de cómo están plagados los artículos de Del Pino (y los de Múgica, lo que sucede es que los de Del Pino los tengo más a mano)de este tipo de lenguaje intencionado, por no hablar de la evidente falta deontológica que representa el mezclar opinión con información, como queda claro en varias de las citas anteriores.
Octavo Principio de la Conspiracionismo:
8. Utilización de lenguaje emotivo, cargado de parcialidad, dirigido y lleno de juicios de intenciones.
Finalmente, los conspiracionistas recurren a todo tipo de falacias para argumentar sus puntos. Yo me he encontrado con:
a) Non sequitur o saltos lógicos a conclusiones inatingentes: Un terrorista fue encontrado bajo un colchón en Leganés, luego es muy posible que los terroristas no se suicidaran.
b) Argumentum ad verecundiam o apelación a la autoridad:»El Mundo» es un diario prestigioso que destapó lo de los GAL, no creo que se equivoque en esta ocasión.
c) Argumentum ad hominem, el ataque a la circunstancia personal del ponente y no a las ideas que expone: «usted es suciolisto, por eso dice lo que dice»; «lo que usted dice es la línea oficial de Rubalcaba»; «los suyos son peores que los míos», etc, etc, etc. por no hablar de los arteros ataques personales contra personas como el Sr. Sánchez Manzano, a quien Del Pino acusa de mentiroso con todas sus letras.
d) Todas las que ya han sido mencionadas en puntos anteriores: falso dilema, petitio principii, pregunta compleja…
Sería demasiado prolijo plantear todas las falacias que me he encontrado, y probablemente excesivo a estas alturas, en la medida en que tendría que seguir dando ejemplos. Basten entonces todas las anteriores, que son muchas, para convencernos de que podemos formular el Noveno Principio de la Conspiracionismo:
9. Utilización de todo tipo de falacias lógicas para apoyar las tesis conspirativas.
Llegado a este punto, sólo me queda reflexionar un poco sobre la psicología que subyace a la teoría conspiranoica del 11-M. Como hemos dicho, el paso esencial es el primero, formular una verdad dogmática.
¿Qué impele a tanta gente a creerse esa verdad? Tenemos un grupo de personas completamente convencidas de que los resultados electorales del 14-M son una injusticia. No entraré a valorar ahora cuánto se equivocan. Conformémonos con el hecho de que existe la sensación de agravio. Ahora, digamos que alguien llega con una idea: «no sólo perdimos injustamente, sino que fuimos objeto de una conspiración para derribar el gobierno» Fijémonos que este «alguien» no tiene aún elementos medianamente objetivos para argumentar lo que dice, pero lo hace de todos modos.
La idea de que hay una conspiración es un bálsamo instantáneo para el espíritu: evita la autocrítica (nosotros no hicimos nada mal), le da sentido a algo horrible que no parece tener sentido (la masacre del 11-M), y, sobre todo, CONFIRMA LOS PREJUICIOS. Resultado: miles de personas convencidas. Qué fácil es confundir los deseos con la realidad. Qué fácil comulgar con ruedas de molino cuando esas ruedas tienen buen sabor para nosotros.
No te vayas todavía Pepe, que te tengo que hacer una pregunta. ¿Te acuerdas de que en todos los focos de explosión apareció dinamita en el análisis? ¿qué hicieron los terroristas? ¿poner un pegote de dinamita adosado al paquete de tabaco ese con el explosivo evanescente? Oye y habiendo sólo un pegotito, que estallaría a la vez que el explosivo super explosivo porque ese explosivo tiene una potencia nunca vista, ¿cómo es posible que se detectase dinamita en los análisis esos cutres de los tedax?
Venga, ahora sí. Taluego, Pepe.
(Te habría quedado mejor un I´ll be back, again. Muy beatleliano).
Eduardo
¿Qué es lo que usted cree que no le he contestado?
A ver si hay forma de que usted lo entienda ¿Qué cree que no le he contestado?
Le recuerdo que es usted quien deja sin contestar una cuestión tras otra, quien no pone ningún enlace para justificar que «unos tomos del sumario siguen siendo secretos» o «que la muestra m1 es la única cuya cadena de custodia esta asegurada», y no los pone porque no puede, porque lo que dice no es cierto. Pero nunca ha sido capaz de reconocer su error y no contesta las preguntas directas sobre esas -y muchas otras- cuestiones. No pretenda dar lecciones a nadie, ni sobre comprensión, ni sobre «contestación».
Y ahora dígame qué es lo que usted cree que no le he contestado.
NO hay secreto del sumario después de la fase de instrucción. No puede haberlo, y le desafío a que me demuestre lo contrario. NO hay secreto del sumario tras el juicio ¡Qué barbaridad sin sentido! Y le desafío a que justifique lo que dice. Y, por cierto, una vez terminada la instrucción el sumario ya no depende de del Olmo, así que él no podría explicarle nada… obviamente, menos aún de algo que no existe.
Insisto, dígame qué es lo que cree que no le he contestado. Ah, y conteste usted a alguna de las cuestiones
¿Me recuerda?
No, dos de ellos por revelar secretos de una investigación cuyo contenido estaba declarado secreto del sumario interfiriendo en la investigación
¿Y?
Entrañable. Es decir, que esos funcionarios no tuvieron que poner ni un solo euro de su bolsillo.
¿Quien le apartó?
¿Y?
Su problema es que el odio no le permite examinar los hechos. Ya sabe a quien odia y cree que debe odiarle por encima de todo.
En fase de instrucción del Olmo, en otro momento el juzgado competente y las decisiones pueden ser siempre objeto de recurso.
¿Salvo la mayoritaria quizá?
Había 23 acusaciones personadas en el juicio del 11M, y parecía que casi todas estaban hasta el gorro de la actuación de tres de ellas ¿No serán esas tres las que tanto critican a del Olmo? Por cierto, pude oír las conclusiones de alguna de esas asociaciones… ¿Con el esperpento jurídico que llevaron a cabo se atreven a criticar a nadie?
Un saludo.
Por cierto…
¿A quien le han devuelto la fianza?
Pepe,
Me sigue pareciendo una larguísima serie de apriorismos sin base. Por ejemplo: ¿y si el vagón estaba lleno y el terrorista no podía elegir libremente dónde dejar la mochila? ¿Y si el vagón estaba tan vacío que el terrorista se vio libre de soltarla donde quisiera? ¿Y si el terrorista vio a otra persona o personas tratando sus mochilas de una u otra manera y pensó que lo más seguro era imitarlos? ¿Y si? ¿Y si? ¿Y si?
De esa manera nos podemos tirar todo el día y no llegar a ninguna parte. Si nos alejamos de las pruebas materiales y entramos en la especulación pura y dura cualquier cosa es imaginable. Indemostrable, pero imaginable. Yo me pido a los masones, los templarios y la banca judía internacional.
Eduardo: Lo que no es ningún secreto, sino que cada vez está más claro, es que no tiene usted ni pajolera idea de ninguno de los temas que está discutiendo.
En vez de MOLESTARSE tanto con lo que aquí se le dice, y pedir baneos por tierra, mar y aire, ¿por qué no se TOMA LA MOLESTIA de informarse un poquito?
Puede empezar por una lectura superficial de la Ley de Enjuiciamiento Criminal; no hace falta empollársela para descubrir que hay una fase de instrucción y otra de juicio oral, y que están a cargo de jueces distintos. Eso, que es lo mínimo que se despacha en estos asuntos, es algo QUE USTED IGNORA, según se desprende de sus comentarios.
Informarse un poco: no creo que sea pedirle mucho a un «buscador de la verdad». ¿O sí?
Por cierto, hablando de volver al mundo material, a EDUARDO:
1.- Una vez más, la sentencia de la Audiencia Nacional establece que no existió abuso del secreto de sumario, y además de existir no sería frente a la opinión pública sino ante la capacidad de realizar una defensa efectiva de los acusados.
2.- Evidentemente, sólo quienes puedan demostrar un interés legítimo pueden constituirse en partes de un procedimiento así. ¿Le parecería bien que yo participara en un juicio en el que está usted involucrado sólo porque tengo libres las mañanas y me aburro? ¿Le parece a usted que tienen el mismo derecho a participar en el juicio una persona mutilada por el atentado y, digamos, Sara Montiel?
3.- Aunque fuera verdad (que no lo es) que diferentes partes presentes en el juicio estaban descontentas con el juez, ¿es el trabajo del juez contentar a las partes o cumplir la ley? Si la audiencia nacional aceptó la instrucción y le felicitó por ella, ¿qué significa eso?
Don Juan, todo lo que tú quieras en cuanto a apriorismos, yo me conformaría con que aceptaras que la de la sentencia no es ni la única explicación posible. Por supuesto yo creo que no es ni siquiera la más creible porque de hecho es inclreible. Posible, pero inverosímil. Hay tantas inconsistencias y lagunas en tal explicación que por mucho que sea setencia judicial y por tanto se deba cumplir en tanto en cuanto no sea revocada, yo no la acepto como la verdad de lo que sucedió de la misma manera que por mucho que¡ mire parece que el conejo sale realmene de la chistera del mago, y sin embargo yo sé que no no nace allí.
Tupy, creí que era una despedida. Te contesto encantado. La realidad es que no en todos los focos de las explosiones apareció dinamita, ya lo hemos dicho, pero vale. No sé como lo hicieron exactamente, ya te he dicho muchas veces que no se casi nada de explosios, de hecho como ya he dicho muchas veces no puedo siquiera estar seguro de que lo que sugiero sea cierto. Para no caer en un error evito pronunciarme sobre lo que está más allá de mi capacidad. Precísamente esperaba que tu, que demuestras saber sobre el tema me ofrecieras la solución. Si crees que es imposible que pusieran un explosivo en las papeleras y lo marcaran con componentes de dinamita (en forma de dinamita o separados) de tal manera que se produjera lo que yo sugiero, dímelo. Es más rápido. Al final, como no sé cual es tu cualificación más allá que es mejor que la de la Tedaxa (me ha parecido entender de tanta declaración ambigua), y como la Tedaxa no está siquiera acreditada, pues le daré el valor correspondiente. Al fin y al cabo no estamos ante el juez, así que cada cual piensa lo que quiere y aquí paz y después gloria.
No se si me harbía quedado mejor, quizá para tí sí, pero he de decirte que solo de pensar que habría quedado beatleliano, lo habría evitado como a la peste.
Bien por Pepe, no cree en la sentencia judicial porque tiene incosistencias y lagunas, pero le parece más creíble la suya, que más que lagunas tiene océanos y que es tan incosistente como que en en verdad ni siquiera tiene ninguna versión de los hechos. No conoce el nombre de los autores, no conoce el explosivo, no sabe a ciencia cierta donde los pusieron, no sabe nada de la planificación y ejecución… pero eso sí, su explicación le parece más adecuada.
¿Pero QUÉ explicación, Pepe? Danos alguna, hombre.
Pepe, lo que es imposible es que después de marcar algo con «componentes de dinamita» queden los marcadores y no quede el explosivo. El nitroglicol, además de explotar mucho es muy volátil y no se me ocurre ninguna forma de marcar algo con nitrato de amonio.
Bis bald no es una despedida. Auf wiedersehen realmente tampoco. Agur, sí, pero se ve que hasta en eso yo acierto más que tú.
Besos.
Tupy, gracias por tu docta opinión sobre lo de los explosivos.
Reconocerás que en lo de las despedidas te has puesto un poco puntillosa.
Más besos.
Isocrates:
Eso es FALSO. El juez del Olmo NUNCA pudo demostrar que ambos policías estaban revelando nada a nadie.
Y además permita que le corrija la frase:, dos de ellos por revelar, PRESUNTAMENTE, secretos de una investigación cuyo contenido estaba declarado secreto del sumario interfiriendo en la investigación
La contestación es para nota…..
O sea, ¿usted ve normal una fianza de 150.000 Euros por un PRESUNTO delito de revelación de secretos sumariales, mientras en este país, se imponen fianzas ridículas a etarras y filoetarras?
¿Ha visto al final cuál ha sido el resultado, y de qué manera patinó el becario del Olmo?
Como esta otra:
Hace falta ser como es usted, para decir lo que dice.
Lo IMPORTANTE es que yo DEPENDO de la decisión de del Olmo, o del juzgado competente, para poder INVESTIGAR, y PUBLICAR haciendo referencia al Sumario, que es lo que puede dar credibilidad a mis investigaciones.
¡Que gracioso!….¿Nos ponemos en 27 años hasta que me dejen, si es que me dejan?.
¿Se da cuenta que entre tanto legalismo se pierde en lo FUNDAMENTAL?.
Estamos hablando de la mayor masacre terrorista de España, y TODO son obstáculos para impedir una investigación paralela, que no es ni ilegal, ni ilegítima.
Si yo no tengo NADA que esconder, FACILITO la tarea al máximo para que se sepa lo que realmente sucedió, o incluso para que los errados conspiranoicos se metan el batacazo.
¡Lo último que se me ocurre es esconder!.
Porque lo que me cuenta es ESCONDER EL SUMARIO, eso sí, de una manera muy legal y elegante.
Ustedes son el tipo de personas que VEN NORMAL, PORQUE ES LEGAL, que esta semana se haya puesto en la calle a un asesino, porque el juez de turno no tuvo a bien considerar la importancia del testimonio de la testigo principal.
Ya digo, TODO LEGAL.
Mientras todo se ajuste a la legalidad..
¿Qué importancia tiene que un asesino ande suelto?.
Mire, yo estoy en otra batalla.
Yo quiero saber quién es el responsable de una matanza ocurrida un asqueroso 11 de marzo, y por qué «sus jueces» están dando por buena una versión que hace aguas por todos lados.
Un saludo.
Hombre, ¿ustedes no son los que defienden que no se debe tener a bien considerar la importancia de cuatro testigos que vieron a Zougham en los trenes? ¿no? Cómo mola la ley del embudo. Tiene usted la terrible manía de tratar de desviar el tema, siempre. Por no hablar de los tedioso que resulta leer sus mensajes triplicados, sus negritas y sus mayúsculas.
Pepe, puntillosa no, me puse en plan leer los posos de té. En tu caso era facilísimo. Enga, se bueno.
No me vengas con adornos, Tupy, ni posos del te ni despedidas germánicas, lo he dejado bien claro tanto de palabra como con hechos, cuando se me pregunta (dentro de unas normas) respondo.
Ciao.
Mire Eduardo, la misión del juez instructor es determinar la existencia de indicios racionales de criminalidad, no «demostrar» nada. Así que al decir…
Demuestra que no tiene las cosas nada claras.
Sería «por presuntamente revelar», no por «revelar presuntamente» 😉
Las fianzas siempre son por «autorías presuntas» ya que se deciden en fase de instrucción. Incluso hay casos en los que, por muy PRESUNTO, que sea se declara la prisión sin fianza. La función de la fianza es que, siendo posible obtenerla, suponga un sacrificio, un esfuerzo, para el reo de forma que la amenaza de perderla sea una amenaza efectiva para él. Como se demostró, en ese caso la fianza no pudo cumplir su función… aunque a usted le pareciese elevada.
No he seguido el caso después, pero que un juez instructor realice una instrucción y que luego la sala sentenciadora no condene los imputados no es algo ni extraordinario… ni tan siquiera raro. Es la forma de funcionar del sistema legal
Lo que hace falta es conocer cual es la función de la fianza. Si usted no lo sabía ya se lo he explicado muy someramente un poco más arriba. Si la fianza no es depositada por el imputado pierde su función de garantía, a usted le parece algo maravilloso, a mi no me gusta demasiado.
Efectivamente, lo importante es que usted no puede hacer lo que le de la gana. Es algo que sucede a menudo en el Estado de derecho. Aunque lo que dice no es cierto, usted puede investigar lo que le venga en gana, lo que no puede es meter las narices en el sumario judicial de una investigación en curso.
¿Qué obstáculos? ¿El respeto y cumplimiento de la ley? Bueno, si eso es un obstáculo para usted quizá no merezca la pena discutir demasiado. Las reglas aplicadas el 11M son las mismas que en todos los demás procedimientos judiciales penales que se tramitan en España… y que yo sepa en el mundo. No conozco ninguna regulación penal que permita el libre acceso a las actuaciones judiciales ¿Conoce usted alguna? Porque de lo que se queja es de que no le dejen hacer lo que le da la gana y, una vez más, eso sucede a menudo en un Estado de derecho.
Precisamente es lo que ha hecho el juez del Olmo, lo que pasa es que ustedes ni tan siquiera se han dado cuenta. Los autos de del Olmo, con cita expresa y literal del contenido de declaraciones testificales y periciales, con exhaustiva enumeración de pruebas y actuaciones judiciales son los autos judiciales que más información proporcionan sobre el resultado de una instrucción que usted verá en toda su vida. Y le reto a que me muestre ningún otro auto que proporcione tanta información sobre las pruebas realizadas. DEl Olmo, dentro del respeto de la ley -que usted considera que debe cambiarse para el procedimiento judicial en el que usted se interesa- ha proporcionado más información a la opinión pública que ningún otro juez instructor. El problema es que eso en realidad no les importa… ¿Por qué ni tan siquiera se le había ocurrido comprobarlo, verdad?
Veo normal que se le haya puesto en la calle, veo injustificable el error del fiscal y juzgado que le juzgo sin la que al parecer era la única prueba de cargo. Son cosas distintas
Por supuesto que tiene importancia, pero NADIE puede ser condenado sin que se haya probado ante el juez que cometió un delito. y NADIE quiere decir NADIE, no los que a usted le caen bien no y los demás sí.
Mire, una buena parte de los errores que ha cometido usted al hacer referencia a la investigación del 11M los hubiera evitado si se habría leido los autos del Juez instructor. Resulta patético que se queje de no tener acceso más de 90.000 folios de sumario cuando no ha sido capaz de leerse los autos judiciales.
Un saludo.
Se le ha ocurrido pensar a nuestro queredor de saber que si un sumario en proceso de instrucción (investigación, que te lias rápido) fuera público los posibles investigados podrían acceder a él y andar poniendo piedras en el proceso de investigación.
Se le ha ocurrido pensar a nuestro queredor de saber que, si un sumario, tras un juicio pudiera caer en manos de cualquiera, se convertiría en un manual perfecto para cometer delitos sin incurrir en los errores de otros.
Por eso no son públicos, no para fastidiar a los «investigadores independientes» léase advenedizos vendedores de libros, periódicos y alzadores de audiencias radiofónicas y su corte de fanáticos.
Dudo mucho que Robotín sea capaz de caer en la cuenta de algo tan obvio. Además, él no viene aquí en busca de explicaciones, sólo viene a difundir la palabra de la Secta Suprema, alabados sean sus miembros, con los que posiblemente se sienta política, social y culturalmente identificado. Ha sido entrenado durante años en el arte de mirar p´alante sin importar lo que haya alrededor.
Sé que es difícil de creer, y duro de aceptar, pero existe gente así de simple, siento si suena prepotente.
Vamos, nada que no cure un buen polvo.
Isócrates:
Perfecto.
Es todo cuanto quería saber.
YO NO PUEDO METER LAS NARICES EN EL SUMARIO.
No sé cuántas págias para esta contestación…..
Un saludo.
¿CUÁNTAS MOCHILAS FALSAS?
He aquí una transcripción literal del sumario.
Tedax de El Pozo
Ya que no podemos acceder al Sumario, la Sentencia ofrece ´testimonios como éste.
Bermúdez no le dió mayor importancia…. Con un par.
Un saludo
Eduardo:
¿Mochilas falsas? Ninguna, mientras no se demuestre lo contrario.
Las partes tienen acceso a todo el sumario. Usted, no.
Saludos.
Robotín #273
Oiga, querido, ¿y con su aguda perspicacia no le llama la atención el hecho de que alguien, sea Tedax o vendedor de seguros, manifieste que unos objetos que se encontraban donde no hubo explosiones tenían a pesar de ello daños provocados por las explosiones? ¿A qué lo atribuye Ud.?
Ya lo entiendo, fueron explosiones mágicas que dañaron todo aquello que estaba fuera de su alcance…
Otra cosa, joven Anakin, ¿a qué atribuye Ud. el hecho de que la mochila no estuviera ni completamente abierta ni completamente cerrada, sino con la tapa hacia atrás pero el cordón cerrado? ¿Le da especial importancia a este dato?
Y aún más, pequeño Skywalker, si esta mochila no es la misma que encontró el policía local Jacobo Barrero dentro de un vagón y que sacó al andén por haber visto en su interior un teléfono móvil y unos cables, qué fue entonces de aquella mochila? Pregúntele a su mentor, el canciller Palpatine, al que nunca le oí dar respuesta a esta pregunta ¿No le extraña?
Pepe,
Una especulación en vacío no tiene el mismo valor que una sentencia judicial. En primer lugar, una sentencia no tiene como objetivo o función «explicar», sino «juzgar». Más allá de fundamentar la sentencia, el objetivo de un proceso judicial no es detallar todo lo sucedido, sino determinar si se ha cometido un delito, si es así quiénes son culpables, y qué castigo les corresponde.
Los explosivos son un buen ejemplo: al tribunal no le interesa la composición detallada al nivel atómico del explosivo empleado, lo que al tribunal le interesa es si a través del explosivo se puede probar primero la existencia de un atentado terrorista, y luego la participación en el mismo de los acusados. Y así con todo: al tribunal le interesa si se emplearon teléfonos móviles como detonadores y si eso implica a los acusados, no si los vendedores de teléfonos móviles tienen curiosidad por los aspectos técnicos de su trabajo o no. Etcétera.
Obviamente, eso deja muchísimos aspectos sin aclarar porque carecen de relevancia para el juicio. Ahí entran «inconsistencias y lagunas» como por ejemplo si me parece bien que fulano no huyera, que mengano llamara por teléfono o que zutano hiciera una merienda-cena y se acostara temprano.
Eduardo
¿Sabe por qué? Por que usted no tiene un interés legítimo
Y se encuentra en la misma situación que respecto a cualquier otro sumario de cualquier otro juez en el que no lo tenga
Tantas cuantas preciso para que lo entienda… así que me temo que nos hemos quedado cortos.
Don Juan #277
Muy atento su mensaje, pero no se a donde quiere llegar, aunque sí estoy completamente de acuerdo con el primer párrafo.
Si con el segundo y el tercero quiere usted decir que no tiene importancia si era o no dinamita lo que explotó en los trenes a la hora de dictar sentencia, me parece que se equivoca. Si lo que quiere decir es que no tiene importancia que la sección de hechos probados de la sentencia no hay quien se la crea (bueno, sí, sí que hay gente que se la cree, aquí todo el mundo) pues no estoy de acuerdo. Porque es una sentencia indiciaria, para lo que, como el propio tribunal reconoce, tiene que ser coherente.
Usted me alclarará lo que ha querido decir, si quiere.
Pues muy sencillo: que si el análisis químico respalda las demás pruebas, no se necesita más para que tenga valor probatorio. Al ser coherente con el resto de las pruebas, no haría falta más.
Si yo mato a alguien de un escopetazo, creo que balística no puede demostrar si las postas salieron de mi escopeta o de otra. Pero si hay testigos que me vieron entrar en la casa del muerto con una escopeta y el forense declara que murió de un escopetazo, y encuentran mi escopeta con restos de haber sido disparada recientemente… ¿Qué voy a decir? ¿Que fue una escopeta mágica que le disparó a ese señor casualmente el mismo día que yo entraba en su casa con una escopeta gritando «ni piedad ni porras, fenece»?
Las postas son una prueba en mi contra, incluso si un análisis no puede relacionarlas físicamente con mi escopeta. Siento el símil sexual.
Don Juan, yo no soy experto en balística pero me temo que los que sí lo son sostienen que se puede determinar si una bala ha sido disparada por un arma determinada por las huellas que deja en aquella el recorrido de salida por el cañón de esta. Pero de todas maneras no es el caso. Porque lo que yo he estado discutiendo con Tupy sobre los explosivos es si el hecho de que se encontraron componentes de dinamita es suficiente para decir que lo que estalló fue dinamita o si existe la posibilidad de que fuera un explosivo diferente, como parece que estimaron incialmente los Tedax a la vista de los efectos observados en los focos de las explosiones, con o sin un añadido de dinamita para que pareciera dinamita. Si esto fuera posible entonces ya no se podría admitir como probado que «estalló dinamita, y vale ya». Lo que acarrearía ciertas consecuencias para la validez de la sentencia.
He especificado postas porque las postas, a diferencia de las balas, no salen llevando «impresas» las estrías del alma del arma que las dispara. Si lo prefiere, imaginemos un asesinato cometido con un cuchillo en el que las puñaladas no fueran lo suficientemente claras como para identificar el arma más que en sus características generales (cuchillo de un filo de aproximadamente tantos centímetros). Si los testigos me vieron entrar al lugar del crimen momentos antes portando un cuchillo de esas características, la forma de las heridas es una prueba.
Salvo algún perito de parte que forzó mucho las conclusiones, la gran mayoría de las periciales de explosivos respaldaban la conclusión de la Goma 2 ECO.
Si me vieron entrar con el cuchillo en la mano, el muerto está cosido a puñaladas y luego me vieron salir con el cuchillo en la mano diciendo «lo maté porque era mío»… pues la sentencia va a ser que lo maté con ese cuchillo. Incluso si el forense sólo puede determinar que se usó un cuchillo de ese tipo genérico.
Joder, Pepe, cada día mientes más o eres más obtuso. Es una sentencia indiciaria solo en tu mente ávida de agentes secretos.
Es una sentencia fundamentada en pruebas directas y en pruebas indiciarias, ambas dos. El testimonio de los testigos que vieron a Zougam en uno de los trenes mientras él lo niega NO es una prueba indiciaria, la tarjeta recuperada de la mochila de Vallecas NO es una prueba indiciaria… Algunas referencias de tu amigo Bermúdez:
Y además, no es que el Tribunal reconozca que la sentencia debe ser coherente, éso es algo obvio que no hace falta ni reconocer. Es que el Tribunal además cree en la coherencia de su propia sentencia, como no podía ser menos. Que a ti no te lo parezca ni significa nada, ni a la Humanidad le importa un bledo, aún menos viendo el nivel de incoherencia del que tú mismo impregnas tus fantasías.
Y disculpa, ya sé que últimamente estoy muy faltón. Es que para mí ha sido todo un trauma ver como de mero simplón has pasado a ser manipulador y mentiroso.
A ésto me refiero con lo de simplón, mi querido Pepe. O sea, tus malos de película, en vez de atentar directamente con dinamita, atentaron con otra cosa y le pusieron un poco de dinamita para que pareciera dinamita… A ver, criatura, y para que parezca dinamita, ¿NO ES MEJOR EMPLEAR DINAMITA?
O de otro modo, los malos malosos tenían dinamita, pero en vez de emplearla para atentar, la emplearon para que pareciera dinamita.
Y tú hablas de la coherencia de la Sentencia… Manda huevos.
Don Juan, vale. Para mí está claro que nada de lo que dices tiene que ver con lo que yo indagaba. Yo he estado tratando de que Tupy me diga si está completamente probado o no que era dinamita. Si es dinamita, entonces pues bueno para la sentencia. Si al final resultase que no lo es, pues malo para ella. No se muy bien porqué le das tantas vueltas. Tupy ya ha dicho que un explosivo no detectable por la Tedaxa podría ser, pero que no ve como se podría haber hecho para que aparecieran componentes de dinamita. A menos que tengas algo que contradiga, refuerce o cambie eso, no veo para que darle más vueltas a este asunto.
Pepe, yo no he dicho que pudiera ser un explosivo indetectable por la tedaxa. Lo que he dicho que es imposible es que se detecten los marcadores y no se detecte el explosivo, que suele ir en mayor cantidad. Máxime cuando los marcadores, según tú nitroglicol y nitrato amónico, son también cosas que explotan, y como sólo son marcadores, van en concentracione ínfimas. Por eso, Pepe, no se usan marcadores para identificar explosivos detonados. Los marcadores se usan para detectar explosivos sin detonar. Y por eso, por ejemplo, se ha usado nitroglicol para marcar SEMTEX, porque el nitroglicol es mucho más volátil que los componentes del SEMTEX y los perros tienen más facilidad para olerlo. Siempre que no haya detonado. Si detona SEMTEX con nitroglicol el nitroglicol también explota.
Por cierto. Era dinamita y vale ya. 😆
Tupy #286
«Pepe, yo no he dicho que pudiera ser un explosivo indetectable por la tedaxa. »
Pues si no los has dicho lo ha parecido: Tu #223 «Y claro, como poder existir un explosivo indetectable, pues oye, igual existe,»
Más, «Los marcadores se usan para detectar explosivos sin detonar. Y por eso, por ejemplo, se ha usado nitroglicol para marcar SEMTEX, …»
Hombre, pues me apunto un tanto porque sin saber nada, pero nada, de explosivos, parece que me he acercado en esto de poner marcadores.
«… porque el nitroglicol es mucho más volátil que los componentes del SEMTEX y los perros tienen más facilidad para olerlo. Siempre que no haya detonado. Si detona SEMTEX con nitroglicol el nitroglicol también explota.»
Dos puntos con respeto a este párrafo. Lo primero es que en la segunda parte dices que si explota el SEMTEX tambien explota el nitroglicol como diciendo que entonces a este ya no se lo puede encontrar, y sin embargo también explotó si los explosivos eran dinamita, y sí se pudo encontrar. O todos moros o todos cristianos, ¿no? No se porque no se va a encontrar habiendo sido solo un marcador o mejor, un disfrazador. Pero es que además, y regresando al comienzo del párrafo, el caso es que la volatilidad del nitroglicol la comparas con el SEMTEX, y yo no hablo del SEMTEX, sino de un explosivo desconocido para la Tedaxa y probablemente para tí, con otras características, o tan volatil que es indetectable o al menos prácticamente indetectable con respecto al nitroglicol, o directamente indetectable, que ya arriba hemos dicho que lo aceptaste como posible.
Cuando uno tiene un buen maestro, en este caso maestra, hay que ver lo que se aprende, en este caso de química. Pero la siguiente duda la tienes que contestar tu que yo no me considero capaz: después de lo anterior, ¿sigues sosteniendo que «Bueno, Lo que he dicho que es imposible es que se detecten los marcadores y no se detecte el explosivo, que suele ir en mayor cantidad. Máxime cuando los marcadores, según tú nitroglicol y nitrato amónico, son también cosas que explotan, y como sólo son marcadores, van en concentracione ínfimas.»?
Para que veas que no olvido completamente lo que me vas diciendo, a lo anterior le añado que ya dijiste algo muy parecido en tu #264:
«Pepe, lo que es imposible es que después de marcar algo con “componentes de dinamita” queden los marcadores y no quede el explosivo. El nitroglicol, además de explotar mucho es muy volátil y no se me ocurre ninguna forma de marcar algo con nitrato de amonio», y en concreto lo cito para que no olvidemos que no es solo nitroglico, sino nitrato amónico, de lo que se trata.
Solo queda contestar a «Por eso, Pepe, no se usan marcadores para identificar explosivos detonados.» señalando de nuevo que yo no hablo estrictamente de marcar, sino de disfrazar.
Ciao
Ay Pepe, es que Tuppence dijo:
Y tú como siempre entendiste lo que te dio la gana:
A ver, hijo, hasta yo, que sé tan poco de explosivos como tú de cualquier cosa que no sea la CIA, lo he entendido. Si algo que va en concentraciones ínfimas, que sería el caso si se hubiera utilizado el nitroglicol y/o el nitrato amónico como marcadores, explota es indetectable. En el caso de los explosivos del 11-M se detectaron porque no iban en concentraciones ínfimas, sino como componentes de la Goma 2 Eco.
Tuppence, yo consideraría seriamente si es conveniente darle demasiada información a Pepe. Cuanto más se le da, más se lía.
Pero bueno, hombre, déjame que te eche una mano, que te veo incapaz de construir una historieta medianamente coherente.
¿Has pensado en la posibilidad de que los agentes malos malosos de la CIA colocaran los marcadores, nitrato amónico y/o nitroglicol, después de que explotaran los artefactos para que así sí pudieran ser detectados? Ya sabes, al mismo tiempo que fueron a colocar la/s mochila/s falsa/s… allá que fueron con su frasquito de nitroglicol y/o nitrato amónico, disfrazados de camilleros o quizás incluso de sombrero (como si fueran Mortadelo), y lo sembraron todo de gotitas engañosas.
¿Qué te parece, lo mandamos a Hollywood?
Hala. Pues ya te ha contestado lejía, Pepe. Si es que siempre echándole la culpa a los maestros nos olvidamos de que el alumno también cuenta.
Hombre, a mí se me ocurre otro método.
Mira, cogemos 10 kilos de goma2-ECO y los disfrazamos con 10 nanogramos de súperexplosivo indetectable. Y yastá. Llega la tedaxa y encuentra dinamita, pero del explosivo indetectable ná de ná. Facilísimo.
Y éste, ¿qué? Cogemos ciento y pico kilos de Goma 2 Eco y no los disfrazamos de ná, sino que los empleamos tal cual. Llega la Tedaxa y encuentrá Goma 2 Eco.
A lo mejor es que la CIA tendría demasiados problemas para conseguir Goma 2 Eco, ellos que son capaces de las cosas más insospechadas. Que nos responda Pepe.
O a lo mejor es que resulta más fácil averiguar dónde van a dormir determinados trenes y qué recorrido van a hacer al día siguiente, para después introducirse en ellos de noche con un explosivo indetectable y desmontar unas cuantas papeleras para colocar el explosivo, que ir por la calle con una serie de mochilas y abandonarlas en los trenes. Que nos responda Pepe también.
ese también es bueno, sobre todo porque después de explotar la goma2-ECO se convierte en algo parecido a un explosivo indetectable. Llega la tedaxa y sólo encuentra dinamita y hala, todos a volverse locos con la marca. Maquiavélico.
Ja, ja, es cierto, olvidé que la Tedaxa no podía averiguar la marca de la dinamita.
Pero cuidado, por Dios, no digas que la Goma 2 Eco tras explotar se convierte en algo parecido a un explosivo indetectable, porque vendrá Pepe preguntando: ¿Y entonces cómo lo detectaron? ¿Cómo sabemos que hubo un explosivo?
FRENTE A LOS «LEGALISTAS», EL DOLOR DE LAS VÍCTIMAS QUE SIGUEN QUERIENDO SABER.
Extracto del discurso de Gabriel Moris. Su hijo Juan Pablo fue asesinado sin saber aún porqué, el 11 de marzo de 2004.
….Respecto a los acusados al día de hoy creo que hay cosas que deberíamos comentar:
Se detuvieron inicialmente a ciento diez personas.
En el auto de acusación quedaron veintinueve imputados y antes de terminar el juicio quedaron sólo veintiocho.
De ellos sólo se ha condenado a diecinueve personas pero como autores materiales de los atentados sólo se han condenado a tres.
A priori parece que un atentado de esta magnitud y características necesitara de un número de actores superior al de los condenados; y lo que es más importante, con mayor calificación técnica y personal. ¿Creen que un grupo hispano-árabe formado por personas de perfiles similares a los condenados podría originar hoy otro 11-M?
Me gustaría escuchar una respuesta razonada de algún Ministro del Interior del período comprendido entre la fecha del atentado y el día de hoy. O de cualquier experto en lucha contra el terrorismo. Si la respuesta es afirmativa, muy mal van las cosas en nuestro país.
El arma del crimen no la conocemos aún. Otra persona se hubiera atrevido a decir “no la conocemos ni la conoceremos”.
Esto creo que escapa por completo al control de un grupo terrorista.
Un terrorista no puede evitar que el explosivo utilizado en un atentado sea analizado y conocido por quien tiene el deber de hacerlo.
La sentencia recoge que no se conoce el explosivo utilizado.
Creo que hay pocos casos en que esto se haya producido, máxime cuando los soportes de los restos de explosivos son metálicos, de vidrio, de plástico o de tejido y habiendo tomado muestras más que suficientes para ello.
El trato dado a este asunto desde el primer día del atentado pone de manifiesto que no ha habido voluntad de desvelar la naturaleza del explosivo utilizado.
Nada que imputar en este capítulo a los terroristas. No obstante, debe haber responsables a los que imputar esta realidad.
Para colmo, los enseres y los trenes fueron eliminados y desguazados a los pocos días del crimen. No parece normal en un caso de tanta gravedad .
La participación de jueces y policías antes del atentado creo que ha sido ignorada o no ha querido investigarse por razones que yo no puedo comprender.
Los actores de la masacre eran confidentes de la policía o de la Guardia Civil.
¿Alguien me puede explicar de forma racional y convincente que en esas circunstancias no se hubiera abortado el atentado?
Conocían lo del tráfico de explosivos. Sabían las intenciones de sus confidentes y estaban informados de las andanzas de los mismos.
¿Por qué no se evitó lo evitable?
A determinados actores se les levantó el control policial el diecisiete de febrero por orden judicial (del juez Garzón), ¿A qué obedecía este levantamiento judicial?
¿Cómo se justifican las vacaciones de este juez y ahora las del juez del Olmo, así como los ascensos y premios a los mandos policiales que debían haber impedido el atentado o haber aportado pruebas indubitadas sobre los hechos?
Sin comentarios……
Un saludo
Ha llegado Eduardo, el «ilegalista»…
En efecto.
Bueno, sí, sólo uno: Robotín, eres tonto.
Tupy, los chistes han estado muy ingeniosos, de veras. Pero si lo que quieres decir es que lo que dije ya en mi # 285 o sea, que «Tupy ya ha dicho que un explosivo no detectable por la Tedaxa podría ser, pero que no ve como se podría haber hecho para que aparecieran componentes de dinamita. » es lo correcto ¿a que te metes a hablar de volatilidades comparadas entre el nitroglico y el SEMTEX? Lo graciosos es que ya ni siquiera estaba hablando contigo, sino diciendolo a Don Juan lo que tú me habías explicado.
Así que, señora, ¿estamos entonces de acuerdo? Si prefieres que lo modifique a que «Tupy dice que es imposible que no siendo dinamita aparecieran elementos químicos que entran en su composición» no tienes más que decirlo. Lo mismo si quieres que refrasearlo de cualquier otra forma. Pero sin profundidades químicas lejos de mi capacidad, plis. Prometo decir vale.
Si lo que pasa es que tienes unas ganas irrefrenables de hablar, oye, por mí encantado.
Besos.
Por ejemplo, podíamos retomar el hilo de tu frase «Es que no sé si te das cuenta que me estás pidiendo que crea en Dios, y yo soy atea, porque Dios no me otorgó el don de la fe (o el gen, o lo que sea)», que me gustó pero no la comenté entonces porque estábamos encebollados con los explosivos y yo ya te pedía que me aclararas si lo de la aparición de los componentes de dinamita signifíca inequívocamente que era dinamita. ¿Quieres?
Más besos.
La aparición de componentes de dinamita en una capa fina y en una marcha analítica indican claramente que había dinamita.
¿Te mola la frase? A un tío de mi madre que es testigo de Jehová no le moló nada, sin embargo. (Bueno igual fue que le dije que si en el cielo había sitio para 144000 justos el cupo ya estaba cubierto y daba un poco igual todo).
Ni me mola ni me deja de molar, se trata de saber tu opinión, así que es lo que tu digas. Pero a mi modo de ver te ha quedado un punto dubitatiba (¡ese indica!) Como supongo que no es tu intención dar esa ímpresión pues por mí asunto zanjado.
joer, siempre lees en oblicuo. Indica claramente, he dicho.
Sí, sí, lo que tu digas, pero has dicho claramente «indica claramente». Claramente, pero «indica» al fin y al cabo. Y eso indica claramente que estás dubitativa.
Creo.